Prevención


Desde que el ser humano tiene asimilado un concepto moderno de medicina, la prevención de las enfermedades ha tenido tanta o más importancia que su mera sanación. El refranero español, que como bien nos enseñaron de pequeños, es sabio, afirma que más vale prevenir que curar. Adoptar las medidas, comportamientos y técnicas necesarias para evitar el desarrollo de una enfermedad es una actitud de máxima sensatez por parte de paciente y doctor.

Es en este sentido, cuando el análisis celular cobra una importancia capital en el ámbito de la detección temprana. Se trata de una técnica, Microscopía Morfológica Celular, que se puede explicar de una manera sinóptica como el estudio de una célula a través de un microscopio con un gran rango de resolución y que nos arroja información útil para el conocimiento de enfermedades presentes y futuras y su causalidad.

La microscopía morfológica celular nos faculta para averiguar los fallos celulares que en ese preciso instante causan los síntomas que presenta el paciente e incluso, permite conocer las futuras enfermedades en que podría derivar con el tiempo.

Sin llegar a entrar en el hondo e histórico debate médico entre monomorfismo y pleomorfismo, afirmaremos que los actuales dispositivos médicos nos permiten apreciar todo tipo de bacterias, hongos, parásitos… desplazándose libremente por el plasma sanguíneo.

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El verdadero valor de esta herramienta médica se hace comprensible a todos cuando conocemos su potencial: la Microscopía Morfológica Celular es capaz de prevenir muchas enfermedades (alrededor de 850 patologías diferentes) y en el caso de las cardiovasculares su capacidad predictiva puede detectarla con hasta 50 años de antelación. Aquí queremos detenernos para afirmar que la prueba no nos diagnostica una enfermedad con antelación sino que apunta a los factores de riesgo de esa persona con respecto a esa enfermedad.

Otra de las bazas más asombrosas que tiene a su favor la Microscopía Morfológica Celular es la inmediatez de respuesta. El Dr.Hilu, en apenas veinte minutos va a reconocer los desajustes celulares que están participando en una patología o mejor aún, que podrían llegar a desencadenarla, dejando abierta la puerta a la actuación inmediata. Lo que el microscopio nos está diciendo es que a menos que cambiemos de vida, hay una serie de patologías que desarrollaremos en el futuro, porque así lo relatan nuestras propias células. Ese cambio de vida nos evita las patologías a las que estamos abocados sin saberlo. Hasta ahora. ¿Cómo se realiza la evaluación? Es importante apuntar que la prueba es prácticamente indolora. Una vez el paciente se somete a esta prueba, sencillamente se obtienen dos gotas de sangre suyas. Una se coloca en un porta para que coagule al contacto con el aire. La otra gota se examina en un microscopio de 60.000 aumentos, multifocal y con condiciones lumínicas específicas, solidario a un gran monitor donde el paciente podrá ver en primera persona las imágenes sobre las que el médico le da una explicación. Las dos gotas, cada una en un estado de agregación diferente, nos van a permitir conocer datos diferentes, y en general trazar una imagen precisa de los factores que condicionan presente y futuramente la salud de ese paciente: situación del sistema inmunológico, circulación sanguínea, inflamaciones, patologías intestinales… así hasta llegar a esas casi 850 enfermedades que se pueden atisbar. Sin duda, y a la vista de lo que esta tecnología aporta, una revisión general médica no se puede considerar completa sin atender a la Microscopía Morfológica Celular. Tal vez por ello, consultas como esta reciben cada vez más la demanda de pacientes que quieren hacerse un chequeo lo más completo posible, confiados y sabedores de que esta técnica es la que más garantías les ofrece de estar llevando los hábitos de vida más eficientes en relación con aquellas dolencias y afecciones a que son y serán más sensibles. Por tanto, estamos avisados del potencial de esta tecnología. De lo que no hace falta avisarnos es de la importancia de hacerse chequeos médicos de forma periódica y de ponerse en manos de los profesionales. De eso se encarga de avisarnos nuestro buen juicio. La falta de él, no aparece en método predictivo alguno. Seamos responsables de nuestra salud.

Los principales argumentos en favor de esta tecnología hacen referencia a las limitaciones de otros procesos predictivos. Para el caso de las enfermedades de tipo cardiovascular, por ejemplo, se dan casos de pacientes que presentan un electrocardiograma totalmente normal y que sin embargo han padecido posteriormente un ataque al corazón. No podemos pensar que éste se ha producido sin más, que su corazón simplemente se detuvo. En su causalidad puede encontrarse una sucesión de fallos a nivel celular que no se pudieron valorar porque únicamente se le midió a nivel eléctrico.